Si crees que las personas se quedan en una organización solo por el sueldo… este post es para ti.
Y es que detrás de cada cifra en la nómina, hay todo un universo de factores que pesan, y mucho, en la decisión de quedarse, comprometerse… o salir corriendo. Y lo preocupante es que muchas empresas siguen enfocadas solo en lo que se ve en la cuenta bancaria, mientras ignoran lo que de verdad construye bienestar, motivación y fidelidad.
Hoy queremos compartirte un marco sencillo, pero muy potente, para que empieces a diagnosticar lo que realmente importa en tu equipo: las 9 palancas del salario emocional.
Una herramienta clave si quieres dejar de improvisar y empezar a gestionar personas desde una visión estratégica.
La estabilidad del personal no es solo un reto operativo, también es una necesidad competitiva, sobre todo en posiciones difíciles de cubrir.
Pero lograr que las personas se queden y den lo mejor de sí va mucho más allá de subir su nómina. Es realidad, está más relacionado con transformar la experiencia laboral desde la raíz: cultura, liderazgo, herramientas, oportunidades…
El Emotional Salary Institute ha identificado nueve factores que, aunque a menudo se pasan por alto, son determinantes para el bienestar, el compromiso y la retención del talento. Y aunque el salario económico está entre ellos, pocas veces es el único que importa, y tampoco es el más decisivo.
¿Listo para descubrirlos?
Aquí tienes el marco que te permitirá ir más allá de las suposiciones y empezar a diagnosticar el salario emocional de tu equipo:
Puede parecer básico, pero ¿estás seguro de que tu gente tiene lo necesario para rendir bien? A veces, un portátil que se cuelga o una conexión lenta frustran más que la falta de un plus económico. Proveer herramientas adecuadas no solo mejora la productividad, también influye directamente en el bienestar y la motivación.
Desde el primer día hasta su salida, cada etapa cuenta. El onboarding, los planes de carrera, las oportunidades de crecimiento y hasta cómo se despide a una persona marcan la diferencia.
Una trayectoria coherente, respetuosa y bien gestionada impacta en la percepción que tienen de la empresa… y en su decisión de quedarse o irse.
Es la palanca más visible, pero no siempre la más determinante. De hecho, si alguien tiene problemas financieros o falta de gestión del dinero, un aumento solo es un parche momentáneo.
Sí, el salario económico es importante, pero debe ir acompañado de otros elementos para que genere bienestar.
¿Cómo ven los empleados su futuro dentro de la empresa? ¿Y el futuro de la propia organización? Cuando falta proyección o seguridad, surgen la incertidumbre y la desmotivación, por muy buenos que sean otros aspectos.
Hoy es uno de los grandes dolores de cabeza en RRHH. Las personas necesitan desconectar de verdad. No se trata solo de tener horarios flexibles, sino de poder apagar el móvil, no recibir mensajes fuera de hora y disfrutar de tiempo personal sin culpa ni interrupciones.
Aquí está la clave para evitar tanto el aburrimiento como el agotamiento. Si el trabajo no representa un desafío, las personas se estancan. Y si el desafío es excesivo, se queman. El equilibrio ideal permite que cada persona sienta que sus capacidades se aprovechan y que sigue creciendo.
Aquí hablamos de lo que se vive en el día a día en el entorno laboral. Si hay acoso, favoritismos o un mal clima, ninguna política de bienestar funcionará. La cultura real es la que define la experiencia del empleado y, con ella, su compromiso y permanencia.
Cada vez más personas buscan que su trabajo no solo les dé un salario, sino que les ayude a desarrollarse como individuos. Sentir que el empleo contribuye a su crecimiento personal es uno de los motivadores más potentes… y uno de los más olvidados.
Por último, tenemos la que posiblemente sea la palanca de salario emocional más importante de todas… y a la que menos caso se le hace.
La relación con el líder directo tiene un peso enorme. Un mal jefe puede anular todos los esfuerzos de la empresa. En cambio, un buen líder, que escucha, guía y se preocupa por su equipo, multiplica la motivación y el bienestar. Por eso, formar a los mandos intermedios es una de las inversiones más rentables en gestión de personas.
Cada persona tiene su propio "salario emocional". Lo que motiva a uno puede ser irrelevante para otro. Por eso, los programas genéricos de bienestar suelen fracasar.
Aquí es donde entra el rol del jefe inmediato como figura clave para detectar, activar y potenciar estas palancas de forma personalizada, entendiendo qué necesita cada persona y actuar en consecuencia.
Además, gestionar bien el salario emocional tiene un impacto directo en la fidelidad y el compromiso.
Según esta publicación, los empleados que reciben reconocimiento frecuente tienen un 33 % menos de probabilidad de buscar otro empleo, incluso si su salario está por debajo del mercado.
Y cuando las personas perciben que su trabajo contribuye a su bienestar y desarrollo, su rendimiento mejora y la intención de abandonar la empresa disminuye. Así, se ha demostrado que existe una relación directa entre salario emocional y retención del talento, con una correlación positiva de hasta el 66 %.
En otras palabras: cuando las empresas se toman en serio el bienestar real de su gente, el resultado se nota en la permanencia, el compromiso y la productividad.
Si sigues creyendo que el salario económico es lo único que retiene al talento, estás mirando solo la punta del iceberg.
Las 9 palancas del salario emocional te ofrecen un marco práctico y activable para entender, medir y mejorar el bienestar real en tu organización.
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